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Surgieron así los Modos Eclesiásticos, empleados durante toda la Edad Media para hacer CANTO GREGORIANO. Se utilizaron los cuatro primeros modos que fueron llamados auténticos, pero pronto aparecieron otros llamados “plagales”. Fíjate en que son iguales que los auténticos, pero los plagales bajan una cuarta por debajo de la nota final.

¿Por qué hemos escrito en negrilla la nota primera? Pues porque es la nota más importante del modo, la nota con la que siempre acababan las canciones medievales. No lo olvides, la NOTA FINALIS es tan importante para el modo, que la canción debe acabar con ella. A pesar de las diferencias con los griegos, cada modo seguía provocando en los oyentes diferentes estados de ánimo: seriedad, devoción, alegría o bondad.

 

Con esta serie, se completa una colección de ocho modos, que, durante siglos, sirvió a los músicos para componer cientos de canciones. Estos ocho modos fueron bautizados en Bizancio como OCTOEKOS, y el nombre tuvo éxito, ya que perduró muchos años más.

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